martes, 12 de abril de 2011






Integrantes:    Andrea Zapata 
                      Paula Venegas
                      Rachell Ruiz

Curso:           4º E

Fecha:          08 de abril, 2011

Introducción





En este blog les mostraremos como la Cuestión Social, las primeras huelgas, el gobierno de Alessandri, etc. marcaron la historia en Chile y que estos y  otros acontecimientos de la historia pertenecen hasta nuestros días.


Esperamos que esto les entretenga, aprendan y se culturicen. 

La Cuestión Social



Es indudable que la pobreza y las desigualdades sociales no surgieron en el país en la década de 1880, como tampoco han desaparecido en la moderna realidad del Chile actual. No obstante, ya desde finales de siglo XIX muchos elementos se conjugaron para transformar los problemas sociales en una cuestión social, como son, un contexto económico capitalista plenamente consolidado, marcado por una incipiente industrialización y un proceso de urbanización descontrolado que agravaron las malas condiciones de vida del trabajador urbano; una clase dirigente ciega e ineficiente ante los problemas y quejas del mundo popular; y, finalmente, una clase trabajadora que ya no estuvo dispuesta a quedarse de brazos cruzados esperando que el Estado oligárquico llegara a ofrecer alguna solución a sus problemas.
Fue a lo largo de estos años que se pusieron en marcha una serie de movimientos sociales que transformaron la cuestión social en un problema que afectó no sólo a los trabajadores sino a todo el país. Desde entonces, surgieron a la luz pública una serie de innumerables escritos, ensayos, artículos de prensa y tesis de grado que comenzaron a analizar sus causas y motivos, además de las posibles alternativas de solución. Esta amplia gama de debates políticos e ideológicos pueden resumirse en tres grandes corrientes.
La primera corriente se originó al interior del mundo conservador-católico, que a partir de la Encíclica Rerum Novarum adhirió a la línea social cristiana impulsada por la iglesia católica. A grandes rasgos, vio la cuestión social como resultante de una crisis moral que desvirtuó el rol dirigente y protector de la elite criolla. El énfasis estuvo puesto en la responsabilidad que le correspondió a los ricos en el cuidado y bienestar tanto material como espiritual de los más pobres, a través de la educación, la beneficencia, el socorro y la justicia. En síntesis, más acción social y menos caridad.
En segundo lugar, existió una corriente liberal y laica vinculada al Partido Radical y donde también se incluyeron intelectuales independientes de clase media. Para ambos sectores, la cuestión social fue el resultado de un conflicto de clases, un problema estructural de la sociedad nacional, afectada por la falta de desarrollo económico, la explotación laboral, la inflación y la carencia de ayuda estatal hacia los más pobres. Por consiguiente, los dardos apuntaron al Estado y a la necesidad de regular el sistema de libre mercado que rigió en el país, a través de una adecuada legislación social que promoviera y asegurara el progreso y adelanto material de todos los sectores.
Una tercera tendencia, fue la corriente socialista, impulsada por sectores pertenecientes a la clase trabajadora. Para este sector, los problemas sociales fueron consecuencia de la propia existencia del Estado liberal y del sistema capitalista; y declararon que su solución no pasó por la acción caritativa de la clase dirigente ni por las medidas de corte proteccionista que reclamaron algunos liberales, sino que radicó en la acción y el poder autónomo de los propios trabajadores.
A pesar de sus diferencias, cada una de estas tres corrientes coincidió en la urgente necesidad de otorgar pronta solución a los problemas derivados de la cuestión social, que hacia el año 1920 se convirtió en una preocupante cuestión política, traspasando las fronteras de la opinión pública e insertándose de lleno en los planes del Gobierno y del Congreso Nacional.

Las grandes huelgas a comienzos del siglo XX


La propaganda realizada por sus diversas publicaciones, en don­de denuncian los abusos del capitalismo y las míseras condiciones de vida de las multitudes laboriosas; la constitución de sus pri­meras organizaciones de lucha, y la presentación de coyunturas especiales, de carácter económico, provocan las primeras huel­gas violentas y las anexas represiones de las autoridades, de nuestra historia social.

Desde fines del siglo XIX, en 1898, se desatan grandes huel­gas. Se inician en Iquique, llegan a Santiago y afectan a diversos puer
tos. De estas huelgas, alcanzan caracteres extraordinarios la de diciembre de 1901 y enero de 1902, en Iquique, dirigida por la Combinación Mancomunal de Obreros de Iquique. Durante 60 días se mantuvieron firmes los distintos gremios del puerto, a pesar de la prisión de Abdón Díaz, presidente de la Manco­munal, y de diversas medidas ensayadas para romperla. Más tar­de se suceden huelgas continuas en Antofagasta, Lota (mayo 1902), Valparaíso (agosto 1902), Santiago (en abril de 1902, en la Empresa de Tracción Eléctrica, con mítines, desfiles, sablazos y heridos), Tocopilla (en diciembre y enero de 1903, los lan­cheros permanecen paralizados más de 30 días). El 28 de enero de 1903 estalló una huelga general en la región carbonífera, di­rigida por la Federación de Trabajadores de Lota y Coronel, que duró 43 días. Fuerzas militares y marinería del "Zenteno" pro­vocaron diversos muertos y heridos.

Huelgas más significativas de este período



1901 Huelga de la Mancomunal de Iquique.

1902 Huelga de funcionarios de tranvías en
Santiago. Paralización de los obreros
de Lota.

1903 Huelga de trabajadores portuarios en
Valparaíso. La represión provocó 50
muertos.

1905 Huelga de la carne (Santiago). Sube
el costo de la vida producto del alza
de impuestos a la carne importada de
Argentina. Se calcula alrededor de 70
muertos y 300 heridos.

1906 Huelga de los obreros del puerto y
salitreros por mejoras salariales.

1907 Una de las más significas y
representativas del período. Obreros,
con sus esposas e hijos, de distintas
oficinas salitreras se congregan en
Iquique y son albergados en la Escuela
Santa María. Demandaban una serie
de mejoras salariales, de seguridad
laboral y social. Se habla de casi 2000
muertos.


El Gobierno de Arturo Alessandri

Arturo Fortunato Alessandri Palma (Hacienda de Longaví, Provincia de Linares, Chile, 20 de diciembre de 1868 - Santiago de Chile, Chile, 24 de agosto de 1950) fue un abogado y político chileno, patriarca de la Familia Alessandri. Presidente de la República entre 1920 y 1925 y entre 1932 y 1938.


Primer Periodo Presidencial (1920-1925)

Alessandri había llegado al poder mediante sus promesas de campaña, la legislación social, leyes a favor de los sectores populares, tales como el seguro del trabajador, sin embargo, estuvo afectado por la baja de precio del oro blanco (salitre), como consecuencia del término de la Primera Guerra Mundial y el desarrollo del salitre sintético, la cual hundió al país en una profunda crisis económica, la cual ya se venía arrastrando desde principios de siglo, a lo que se le sumó una crisis social.
Debido al sistema seudoparlamentario de la época, en el cual Alessandri estaba inmerso, todos sus proyectos sociales habían sido aplazados o definitivamente cancelados, ya que poseía minoría en el Congreso Nacional, lo cual provocó un disgusto en las personas que lo habían elegido Presidente. En 1924, casi finalizando su mandato, ocurrió un hecho que a pesar de lo anecdótico, selló definitivamente el futuro del régimen parlamentario en Chile. Los militares de baja graduación (tenientes y capitanes), en su mayoría personas de la clase media, estaban siendo gravemente afectados por la crisis económica y procedieron a visitar el Senado, cuando los legisladores estaban aprobando la ley de dieta parlamentaria (su remuneración). Los militares decidieron demostrar su profundo malestar e hicieron sonar sus sables. A este hecho se le conoce hasta hoy como Ruido de sables.
Un grupo de oficiales constituyó el llamado Comité Militar. Los uniformados concurrieron a La Moneda a expresar su malestar a Alessandri, presentándole una serie de peticiones en relación al despacho de los proyectos de ley que permanecían pendientes, entre ellos, el que fijaba en ocho horas la jornada laboral, el que limitaba el trabajo femenino e infantil, el que creaba la Inspección del Trabajo, el que establecía el seguro obligatorio contra accidentes y la indemnización por estos mismos, el que creaba los tribunales de conciliación y arbitraje, además de otros sobre cooperativas y materias previsionales. Ante esto el Presidente se comprometió a buscar una solución con la condicionante de que ellos volvieran a sus cuarteles.
Por este motivo, se formó un nuevo gabinete y el Congreso, ante el temor de un golpe militar, despacho estas leyes en un solo día, el 8 de septiembre de 1924. Sin embargo, el Comité Militar prefirió seguir funcionando, y le pidió a Alessandri que disolviera el Congreso Nacional. Tras este hecho, Alessandri, sumergido en una situación que ya no podía manejar, vio su poder en jaque y prefirió renunciar, autoexiliándose en la Embajada de Estados Unidos. Luego, en 1925, tras un golpe de estado, liderado por Luis Altamirano Talavera, se le pidió que regresara a cumplir el resto de su mandato. Alessandri volvió teniendo como principal objetivo, crear una nueva constitución. La nueva carta fundamental (Constitución de 1925), promulgada el mismo año, tenía como grandes cambios una reafirmación del Poder Ejecutivo, además de un alargamiento de su periodo (de cinco a seis años), y una separación definitiva de la Iglesia y el estado. En este mismo año se fundó el Banco Central de Chile. A pesar de estas reformas, Alessandri se enemistó con Carlos Ibáñez del Campo, otro de los golpistas que le habían cedido el poder y que ahora era ministro de Guerra. Alessandri, ante la posibilidad de un nuevo golpe de estado, prefirió dar un paso al lado, y renunció a su cargo. Asumió como senador de Tarapacá, nuevamente, pero dimitió de su cargo, dándole más importancia a la de Consejero del Banco Central. Bajo el régimen de Carlos Ibáñez del Campo, fue exiliado a Europa, volviendo el año 1931

Problemas económicos y sociales que afectaron al país a comienzos del siglo XX



Económicos: En 1920 el negocio del salitre decae, llegando a su punto mas critico tras la crisis económica de 1929. Ante esto los gobiernos debieron adoptar un nuevo modelo de desarrollo económico. Fue así como a partir de 1927 produjeron los primeros cambios en el rol del estado en la economía. Tras la crisis de 1930, se aplica un nuevo modelo, basado en la industrialización por sustitución de importaciones (ISI).



Sociales: los grupos medios y populares se convirtieron en los protagonistas sociales, debidos a que se comenzaron a concentrarse en las principales ciudades del país y la ampliación de la educación a otros sectores. Con la ardua lucha por sus demandas lograron que se una nueva legislación social que les reconocía y ampliaba sus derechos laborales, sociales, de vivienda, educación y salud.